Capítulo 55:

No les permitieron verlo esa noche. Pero si pudieron hacerle llegar un mensaje de apoyo. Confortándolo con el hecho de saber que ellos estaban con él, para él.



La noche era demasiado silenciosa, permitía a uno pensar, debatir en su mente las cosas que lo mortificaban. Analizar eso que los preocupaba y eso, claramente, no estaba ayudando de manera positiva a Juan Pedro y Mariana. 

Sabían, profunda e internamente, que ese día llegaría. Que eso iba a pasar. Agustín no iba a quedarse de brazos cruzados y menos su padre. 

Pero la inocencia, la esperanza, la fe en que todo iba a suceder como debía ser, no les permitió ver la realidad. Las situaciones que se avecinaban.  

Venían tiempos difíciles, lo sabían, y eso es lo que no les permitía dormir. 

Pensar en las cosas que pudieron haber hecho. En cual hubiera sido la mejor forma de actuar no ayudaba. Lo hecho, hecho esta. Y como alguna vez alguien dijo, no podría haber sido de otra manera. 

Lo que pasa es lo que tenía que pasar. 

Pensar en las cosas que se avecinaban tampoco solucionaba nada. 

Saliendo del encierro y la desconexión que el pensar tanto les provocaba, ambos notaron que la noche no se hallaba tan silenciosa como ellos creían. 

En el caso de Lali, oía como sus padres conversaban en susurros sobre lo que estaba pasando. 

Habían conseguido que Nico y Vico las apoyen, que su padre no se arrepintiera de haber llamado a su abogado, pero él aún tenía dudas, preguntas sin respuestas. 

Lo entendía y agradecía que pese a todo eso ayudara a su novio. 

Saldrían de esta, todo pasaría, él iba a estar bien, iba a volver con ella. Agustín iba a pagar por todo lo que había hecho. Tanto como lo que le hizo a Peter, a ella y toda esa gente que secuestró, robó, vendió drogas y quien sabe cuántas cosas más. 

Necesitaba ser positiva, pero también ser realista. No perderse en ilusiones. 

Necesitaba saber que hacer a continuación. ¿Hablaba con sus padres? ¿Con sus hermanos? no, él no quería que lo hiciera. Pero era necesario. Tal vez no, lo poco que sabía de su familia no ayudaba. Ella esperaba que ellos corrieran a socorrer a su hijo, quien pasaba un mal momento. Que se preocuparan por él ¿Y qué si no era así? ¿Y qué si lo dejaban ahí? ¿Y qué tal sí lo sacaban y se lo llevaban lejos? 

Tantas preguntas pasaban por su mente, todas a una velocidad increíble. No terminaba de formular una que llegaba la siguiente. Y todo eso ya le estaba provocando un importante dolor de cabeza. 

Debía dormir. Descansar. Así, nerviosa, preocupada, insegura y además cansada no sería de ayuda para nadie. 

Pero antes de cerrar los ojos y dormir, lo supo.

Tuvo claro con quien tenía que hablar.



Por otro lado estaba Peter, quien pese a encontrarse en una comisaría, la cual no era igual que una prisión, claro está, compartía el espacio con otros cuantos detenidos. 

Y eso, contando con los policías que iban y venían, imposibilitaba el hecho de que haya silencio total por más de dos minutos. 

Aunque tan absorto como se encontraba en sus pensamientos, a penas lo había notado.

 No sabía que iba a ser ahora. Todo lo que tenía pensado se había ido a la mierda. 

Obviamente sabía que Agustín haría algo, no se quedaría tranquilo luego de que él haya encontrado testimonios en su contra. 

Se la devolvió, como él esperaba. Solo que demasiado pronto.

Está bien, obviamente él no había pensado las cosas con mucha claridad. No había tenido en cuenta el curso que tomarían las cosas. Había distintas opciones y él se quedó con la que le convenía. 

Iluso, se reprendió.

Él contaba, en su mente, con el tiempo necesario para hablar con algunas personas y conseguir pruebas y testimonios, graves, consistentes, de hechos importantes, contra Agustín.

Pero este había sido más rápido que él. 

Se la tenía que bancar por dormirse en los laureles. No tendría que haberse confiado. Estaba demasiado inmerso en los errores que quería reparar, en la envidia que sentía por la familia que su novia tenía que no había sido capaz de actuar, como ella dijo. 

Pero lamentarse no servía de nada. Hasta ahora no lo había ayudado, todo lo contrario. 

Julián: ¿y por qué estas vos acá? –Preguntó su compañero de celda de repente-

Peter: -lo miró- errores del pasado

Julián: ¿y te agarraron ahora? –Río- siempre tarde estos

Peter: ¿y vos? ¿También errores del pasado?

Julián: -se puso serio- por errores del pasado, aunque no míos, que te cagan el presente. Cosas que pasan

Peter: no pareces mal pibe como para estar acá

Julián: las apariencias engañan

Peter: si, pero no me suena a que vos estés metido en cosas jodidas

Julián: ¿sacas la ficha rápido vos o qué? –Rió- me engancharon robando en una estación de servicio.

Peter: salís enseguida. No es nada.

Julián: el tema es que hay que pagar una fianza. Soy mayor de edad.

Peter: y vos necesitas plata, por eso estabas robando.

Julián: que perspicaz que sos eh –dijo irónico-

Peter: hay gente que roba porque quiere, no porque lo necesita.

Julián: no le encuentro el sentido.

Peter: ¿entonces? ¿Qué vas a hacer?

Julián: no pienso llamar a mi mamá, ni ella ni mis hermanos comen hace días. Necesitábamos la plata para comer pero la cosa no resultó como esperaba

Peter: no sos el único al que le pasó. ¿Y tu papá qué onda?

Julián: una mierda. Se gastó toda la plata, se endeudo hasta el cuello y cuando no tenía de donde sacar nada más, agarró sus cosas y se las picó. A mi mamá la echaron, tuvimos que vender la casa, el auto, terminamos en un sucucho, viviendo como podemos. 

Peter: ¿y tú mamá no pudo conseguir otro trabajo?

Julián: nah, esta todo complicado, es grande, no hay mucho laburo y hoy en día no tiene buena pinta –su cara era de total disgusto- hace lo que puede pero a veces no alcanza. Y yo tampoco consigo nada estable, algún trabajo de unos días, ganó unos mangos que en dos días se terminan. 

Peter: una mierda. Pero al menos tenes una familia unida, dentro de todo.

Julián: si, es lo único que rescato y lo que me hace seguir. ¿Y vos? ¿Qué onda? ¿Tu familia?

Peter: superficiales. Extremadamente. Se guían por las opiniones de los demás. Tenemos que ser todos perfectos. Todo mal.

Julián: garrón. Y vos te rebelaste parece

Peter: hice todo mal. Pero veremos si lo puedo arreglar –intentó sonreír pero le salió más bien como una mueca-

Julián: ¿tenes hermanos? ¿Amigos? ¿Novia? ¿Alguien que te apoye?

Peter: mis hermanos son igual a mis padres. Unos idiotas.

-Qué lindo escucharte hablar así eh! –Dijo irónica- hermoso recibimiento 

Peter: ¿Qué mierda haces vos, acá?


Continuara...

Juli ♥

@amorxca

Belu: pienso estudiar psicología y hacer cursos para aprender a escribir mejor. Veremos si algún día logró publicar algo jaja. Gracias por las palabras genia! 

Bienvenidas las nuevas lectoras!

Anónimo, el que Lali no vea hace que la novela sea diferente, veremos si algún día consigue volver a ver. Habrá que seguir leyendo ;)