Capítulo 59:

Joaquín: no es lo más adecuado ni lo habitual pero por mi está bien. 


Eleonora: aunque por precaución nadie debería saber que ella estuvo presente. Solo por si acaso –agregó cuando su hermano se la quedó mirando-

Joaquín: pueden usar en tu contra hasta los mínimos detalles. Y esos hacen la diferencia en la mayoría de los casos. 

Julia: nunca subestimes los detalles –sonrió- bueno, los dejo conversar tranquilos. Yo me voy afuera con el bombonazo de tu hermano Mari 

Peter: JULIA!

Julia: ¿qué? 

Lali: aprovecha que tú puedes verlo –sonrió- pero no te aconsejo que le hables, sigue gruñón porque lo desperté –hizo una mueca-

Julia: yo me encargo de hacerlo sonreír –dijo pícara-

Peter: basta! Deja de hablar así. Mi cabeza no necesita ese tipo de imágenes.

Julia: problema tuyo si pensas cualquier cosa Juancito

Peter: como si vos no lo estuvieras dando a entender.

Lali: mientras le cambie el humor y no se enoje porque nos quedamos un rato más, hace lo que quieras Ju

Peter: no le des tanta libertad. No es bueno. A demás él tiene novia

Julia: ¿y eso en qué interfiere?

Lali: -rió- 

Julia: mejor me voy así hablan de una vez. Al menos no me voy aburrir –hizo un guiño y salió finalmente de la habitación-


Lali comenzó a tantear el lugar, buscando una silla para poder sentarse y hablar serios de una buena vez. Peter le indicó donde había una pero no la ayudo, no había que cruzar la línea de su independencia. 


Una  vez sentados, Peter respiró profundo  y decidió comenzar a contar todo desde el principio. Como hizo con su novia, aunque lo más detallado posible porque como habían dicho Joaquín y su hermana, los detalles importaban, asique debía mencionarlos.


Describió cómo y por qué razón se acercó a Agustín, como poco a poco fue ganándose su confianza y rápidamente, a la vez, quedando involucrado.


Contó también, aunque entre dientes, que él lo amenazaba con dañar a su familia y aunque al principio no estaba seguro si sería capaz de hacerlo, prefirió tener cuidado. Y menos mal, ya que luego confirmó que él hubiera sido totalmente capaz de hacerlo.


Agustín Sierra era capaz de muchas cosas.


Eleonora: ¿cómo cuáles? 

Joaquín: especifica

Peter: -tomó aire antes de continuar- además de vender, consumir, relacionarse con todos los del ámbito de las drogas y de robar, al principio en pequeños lugares como kioscos, estaciones de servicio, los más fáciles –aclaró-, esos lugarcitos donde sabes que nadie hará nada para detenerte y que no cuentan con suficiente seguridad, pero obviamente eso era demasiado sencillo, no ayudaba al grupo a ganarse el respeto de los demás. Asique comenzamos a robar lugares más importantes, en realidad a personas importantes. 

Joaquín: ¿participaste en todos los robos?

Peter: no, solo en algunos porque cuando comenzábamos con los robos un pibe le dijo a Agustín que tenía que hacer cosas más jodidas porque lo que él hacia lo hacia cualquier y bla bla bla. Entonces Agustín decidió secuestra a la hija de un empresario, Alexa. 

Eleonora: ¿Torres? –él asintió y ella lo miró incrédula- estuvo secuestrada como dos meses Peter! Por dios. 

Joaquín: cálmate que no nos llevará a ningún lado que te pongas así 

Eleonora: -tomó aire- lo sé, lo siento.  Pero...  

Joaquín: si te pones así no lo ayudas. Razones como esta es por lo que no es recomendable que los abogados defiendan a algún familiar

Eleonora: lo sé –refunfuñó- no necesitas recordármelo.

Joaquín: entonces compórtate como una profesional, al menos mientras nos cuenta como fueran las cosas, princesa. –Dijo guiñándole un ojo y suavizando su tono de voz-

Peter: ¿quieren que siga o van a seguir peleándose hasta que yo gane la apuesta? 

Eleonora: no empieces otra vez –lo miró mal y este sonrió-

Joaquín: ¿Cómo es eso? –Preguntó interesado-

Eleonora: no te incumbe, sigamos con esto que es importante. 

Peter: después te explico –le sonrió burlón a Joaquín-

Eleonora: no hay nada que explicar. Seguí contando


Lali sonrió, pero no dijo nada. 


Peter: bueno sigo. La teníamos en un galón al principio pero alguien habló y la policía nos ubicó. Conseguimos salir a tiempo y nos instalamos en otro lugar. Paso un mes y Agustín no tenía intención de soltarla, yo me había acercado a la niña porque estaba sola todo el tiempo y se sentía muy mal. Me encariñé con ella y hablé con Agustín para que cobrara el rescate y la soltara de una vez, pero estaba empecinado y no me dio bola. Seguí tratando hasta que se hartó, no confiaba en mí, estaba seguro de que en cualquier momento la soltaría, avisaría a la policía o haría alguna boludes; por eso no me dejo participar más del secuestro. No supe lo que sucedía, no volví a verla, nadie me dijo más nada de lo que sucedía allí. 

Eleonora: ¿y qué hacías mientras tanto?

Peter: él sabía que yo servía más en el mercado de las drogas que robando asique me encargué de eso. 

Joaquín: ¿qué edad tenías? –preguntó mientras continuaba anotando lo que él les contaba-

Peter: 13 –su hermana solo lo miro pero él creyó ver algo en sus ojos, ¿decepción? No, sonaba más a dolor-

Joaquín: ¿y la niña? 

Peter: unos nueve años me parece

Joaquín: está bien, ¿algo más sobre el asunto del secuestro?

Peter: no. Solo sé que pasó un mes más, fueron dos meses y medio en total,  pero no pude enterarme de nada después que me sacaron y solo vi por las noticas que finalmente habían pagado el rescate y que ella volvió con su familia pero no quisieron dar más información. 

Eleonora: está bien, así queda explicado lo de robo a mano armada, participe de secuestro y narcotraficante. Ahora explícanos la parte del asesinato. 

Peter: no es algo difícil de imaginar –hizo una breve pausa para tomar aire, y valor mientras agarraba por arriba de la mesa la mano de su novia- conducía drogado, esa noche hubo joda en la casa de Martín, yo me había peleado con Armando, de nuevo, no recuerdo por qué pero habíamos peleado bastante fuerte

Eleonora: tanto que estrellaste su botella de wisky favorito contra la pared justo detrás de él mientras le gritabas. –Comentó con la mirada pérdida-

Peter: él no se quedó atrás –dijo observándola-

Eleonora: no- contestó mirándolo- tiró su vaso y la silla contra la mesa de vidrio haciendo que esta se rompiera, a la vez que todo lo que estaba encima de ella  salía volando y después ambos se tiraron uno sobre él otro y comenzaron a pelear. Fue una de las pocas veces que los dos llegaron a tanto –Su hermano se quedó observándola, tratando de entender lo que su mirada reflejaba- ambos terminaron lastimados. Y la situación podría haber sido peor si Mauro y Osvaldo no hubieran intervenido. 

Peter: Julia me llevó al patio para curarme –recordó-

Eleonora: pero seguías muy enojado y mientras ella buscaba el botiquín vos agarraste la moto y te fuiste –ninguno quitaba la mirada del otro, ambos recordando una noche que había sido mala para todos, aunque no hubieran compartido los que les sucedía internamente-

Peter: no pensaba ir a la fiesta pero no soportaba estar en esa casa. –Siguió pero esta vez miró a Joaquín- cuando llegué estaban todos dados vuelta. Yo estaba sacado, los chicos me jodieron, no me acuerdo con qué, los mandé a la mierda y me fui a la terraza solo para intentar calmarme. A los pocos minutos llegó una piba y me ofreció un poco de lo que ella estaba tomando. Ni idea que era pero lo acepté. Cuando terminó la noche había tomado todo lo que había encontrado, había consumido y estaba bastante dado vuelta. Decidí esperar hasta que se me pasara. Me gustaba la sensación de conducir drogado, se siente todo con mayor intensidad, estas pero a la vez no, sos consiente y a la vez no. Pero una cosa era conducir un auto y otra muy distinta una moto. Lo sé por experiencia y no pretendía hacerme bosta por estar drogado y  mal humorado asique decidí esperar. 

Lali: ¿pero? –Preguntó abriendo la boca por primera vez desde que esa charla comenzó-

Peter: Agustín tenía ganas de correr unas picadas. A pesar de la hora recién estaba amaneciendo y no había mucha gente en las calles.

Eleonora: porque era pleno invierno y además feriado –agregó al recordarlo-

Peter: asique consiguió un auto para mí y empezó la carrera. –tomó aire nuevamente- iba ganando él al principio, después yo lo pase en una curva, luego él volvió a rebasarme y yo lo logré a los pocos minutos, la cosa siguió así por un par de cuadras más hasta que después de adelantarme saqué la cabeza por la ventana, le hice unas señas y le grite, a pesar de que no me escuchaba, alardeando que iba a ganar. En el segundo que volví a mirar al frente vi una imagen borrosa, no pude distinguir que era pero traté de esquivarlo. A pesar de todo tenía algún tipo de reacción después de tantas sustancias. Aunque no sirvió de nada, sentí el ruido del golpe a lo lejos y paré a los pocos segundos pero no me moví de mi lugar. Estaba tratando de tener una idea coherente. Quería despertar y estar durmiendo en el sillón de la casa de Martín con una resaca horrible porque sabía, estaba seguro que acabada de cagarla completamente.


Todos guardaron silencio en esa pequeña sala hasta que él volvió a recordar en voz alta. 


Peter: Suspiré y me baje del auto, caminé como pude hasta que me fui acercando a la imagen borrosa que estaba en medio de la calle y vi una mancha roja. En eso se acercó Agustín y no me dejó verlo bien al tipo, pero él lo miró y le tomó el pulso. Me dijo que ya estaba, yo le pregunté si se había muerto y él me dijo que no pero que le faltaba poco. Quise llamar a una ambulancia pero él dijo que no, el tipo no tenía oportunidad y  había muchas posibilidades de que me terminaran agarrando para hacerme preguntas y ahí estaba al horno. –Suspiró- mientras trataba de pensar coherentemente, porque es obvio que con las drogas y con lo que había pasado estaba más idiota de lo normal, apareció una patrulla. Agustín me mandó al auto ni bien vio que se acercaba. 

Joaquín: ¿y vos le hiciste caso? 

Peter: estaba cagado hasta las patas, era un pendejo y acaba de chocar a un tipo que estaba muriendo. Si a eso le sumamos que estaba re drogado y alcoholizado y Agustín es el hijo de un importante juez que solía arreglar todas las cagadas que me mandaba, era obvio que le iba hacer caso. No me podía mantener en pie y que alguien se hiciera cargo de la situación era un alivio. 

Joaquín: ¿Qué edad tenías?

Peter: quince 

Eleonora: ¿tenes idea que le dijo Agustín al policía? ¿Si era uno solo o había más?

Peter: era uno solo y no tengo idea, pero es obvio que lo sobornó. El tipo a los pocos minutos se las picó. Agustín me dijo que me fuera, que no dijera nada y que él se encargaría. 

Joaquín: ¿Qué hiciste?

Peter: me fui. Y después él me avisó que estaba todo resuelto. Nunca más volvimos hablar del asunto. Al menos no explícitamente. 

Eleonora: ¿cómo es eso?

Lali: Agustín lo amenazaba con que iba a contar todo lo que había hecho si seguía conmigo –habló por segunda vez-

Joaquín: ¿Peter?

Peter: si, es así. Él sabía que si me juntaba con ella me iba a ir alejando del grupo, ya lo estaba haciendo en realidad. Asique empezó a amenazarme con contar todo, con que nadie me iba querer cuando supieran la verdad. Y terminó denunciándome. –Sonrió sin ganas aunque más bien resultó como una mueca- igual yo lo provoqué, traspasé la línea y ni siquiera me preparé para defenderme. 

Lali: sin recriminaciones Lanzani. Lo hecho, hecho esta. 

Peter: -suspiró- si bueno ¿y ahora qué? 

Joaquín: yo voy averiguar sobre que paso con el tipo que atropellaste, por ahí podemos conseguir algo. Asique necesito que me digas todo los datos que recuerdes que puedan ayudarme a encontrarlo. 


Entre Peter y Eleonora, quien hacía uso de su memoria privilegiad, le brindaron todos los datos que recordaban y parecían importantes para saber exactamente qué sucedió con esa persona. 



Los días pasaron, Lali tuvo que ir obligada al colegio aunque ahí estaban sus amigos haciéndole el aguante. Todos los días iba a ver a su novio y le hacía llegar mensajes a todas horas.


 El paso de los días no había traído nada. Ni bueno ni malo y eso los estaba desesperando, a todos. 


Joaquín y Eleonora trataron de ayudarlo. Porque era su deber como abogados y además tenían sus razones personales. Investigaron y ofrecieron quitar cargos a quienes colaboraran con la causa y declararan en contra de Agustín. 


Consiguieron poco, prácticamente nada. Pero sabían que debían insistir. Todos sabían algo pero como ellos se cubrían mutuamente no les dirían nada, así funcionaba la cosa. 



La hora del almuerzo había pasado, ya les habían dado de comer y él lo único que hacía era contar los minutos a la espera de la anual visita que Lali siempre le hacía después del colegio. Esa había sido su condición, iría al colegio pero lo visitaría al salir, a la tarde y cuando se pudiera, a la noche también. 


No tenía ni idea como lograba entrar tantas veces al día a verlo. O Joaquín era un muy buen abogado o ella demasiado persuasiva. Estaba bastante seguro que era un equilibrio entre ambas. 


Mencionando al abogado, fue este quien apareció en esos momentos junto a un policía para dirigirlo a la pequeña sala donde podían conversar tranquilos. 


Todos los días lo mantenía al tanto de lo que sucedía, de los avances, retrocesos y demás. Pero lo hacía a la tarde- noche. Era raro que quisiera hablar con él tan temprano, asique intrigado lo siguió.


Al entrar a la habitación vio a su hermana allí sentada, como siempre últimamente. 


Se sentó sin dejar de observarla. A ella y a Joaquín. 


Tenía un mal presentimiento.  


Peter: ¿qué pasó?

Joaquín: encontramos los datos del tipo que atropellaste. Sabemos que le pasó.

Peter: ¿y? 

Eleonora: tenía un disparó en medio del pecho Peter. Lo asesinaron.

Peter: ¿QUÉ? Pero si… MIERDA! –Dijo enojado mientras pegaba un manotazo- él tipo se podía haber salvado si no le hubieran disparado ¿verdad?

Joaquín: posiblemente. Al menos es lo que yo pienso. 

Peter: ¿y en qué quedó el caso? –preguntó tratando de calmar su ira-

Joaquín: se supuso que quisieron robarle, ya que le faltaba la billetera, el celular, su reloj y una cadena de oro que siempre llevaba con él. 

Peter: pero él tenía signos de que lo habían atropellado. Eso tenía que ser evidente.
Eleonora: calcularon que lo atropellaron luego, por precaución. 

Peter: ni siquiera se molestaron en investigar un poco ¿no?

Joaquín: Agustín le pago a quien debía hacerlo. El caso quedó sin resolver y aunque la familia insistió en que se investigará más, nadie les prestó atención. 

Peter: que hijo de puta –suspiró frustrado- ¿y ahora piensa acusarme por matarlo? ¿No quedaría él metido por ser cómplice? En el caso hipotético

Eleonora: su padre lo sacaría y aunque no fuera así a ti te hundiría y él fácilmente podría arreglarlo con servicio comunitario. O tal vez ni siquiera hiciera falta porque ayudó a resolver un caso inconcluso. 

Joaquín: el caso es que él te salvó y él puede hundirte. Es obvio que puede sobornar a la gente indicada. 

Peter: ¿y cómo podría probarlo? 

Eleonora: posiblemente tenga las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, casualmente esa noche ninguna gravó nada. Y también puede implantar pruebas ¿alguna vez tocaste un arma? 

Peter si, cuando robábamos. 

Eleonora: ¿y dónde están esas armas?

Peter: estaban guardadas pero a esta altura seguro él las tiene. Y eran todas las mismas asique fácilmente puede hacer pasar como arma homicida la mía.  

Joaquín: y borrar o editar las partes de vídeo que no le convienen

Peter: y a todo esto ¿yo qué puedo hacer? ¿Cómo voy a defenderme? Porque mi palabra claramente no va a ser de gran ayuda. 

Eleonora: ya lo veremos, tranquilo –dijo mientras posaba su mano sobre la de él- 


En ese momento un hombre ingresó a la habitación.


Policía: Lanzani sabe usted que esto es una cárcel y no un hotel ¿verdad?

Peter: ¿y yo que hice ahora?

Policía: llamada para usted –dijo mientras le pasaba el teléfono- 

Él sonrió y tomó el teléfono, pensando en que todo lo que le sucedía era muy raro. 


Siempre lo visitaban, podía salir de su celda a otra habitación, que aunque pareciera una tontería era muy importante para él. Y ahora recibía llamados. 


Contestó con una gran sonrisa, pero esta rápidamente desapareció.


El teléfono se estrelló contra el suelo.


Lagrimas comenzaron a salir rápidamente de sus ojos. 


Comenzó a reclamarse una y otra y otra vez. 


Se descargó pateando la silla y la pared, tirando manotazos al aire. Gritando y sacando todo su dolor afuera mientras su hermana y Joaquín trataban de detenerlo y entender que sucedía. 


Lo que él más temía había ocurrido. 


Se habían metido con ella.


 ÉL se había metido con ella. 


Y nada volvería a ser igual de ahora en más. 


Eleonora: decime que pasó Peter, HABLÁ!-exigió arrodillada frente a él y muy preocupada al verlo así.-

Peter: LA VIOLÓ! EL HIJO DE PUTA LA VIOLÓ Y LLAMÓ PARA CONTÁRMELO! 


Ya sin fuerzas se dejó caer. Había cometido muchos errores, había metido la pata un sinfín de veces y había dañado a mucha gente pero que ella sufriera tanto por su culpa era, sin lugar a dudas,  imperdonable. 


Continuara...

Si me matan no podré seguirla, solo digo. 

Ahora si, quiero sus opiniones. 

Buen sábado gente (:

Juli ♥ 

@amorxca 

PD: Aunque ya se me paso el día quiero desearles un feliz día de los enamorados. Estoy super enamorada de ustedes, de sus comentarios, de su buena onda y de lo locas que son. 
Gracias por estar del otro lado leyéndome (: 
Abrazo psicológico.